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Secretos del Aura: ¡Atrévete a ser más!
¿Lo has notado alguna vez? Hay personas que dejan una impresión duradera. Su aura fascina, inspira y… ¡llega al corazón! Pero, ¿qué hay detrás de esta aura especial? En este artículo, revelaremos este misterio y te daremos algunos consejos para que tú también puedas convertirte en una persona con una presencia única.
- ¿Qué (no) es un aura?
- Quien ama, es hermoso
- Encontrar el camino hacia uno mismo
- Santos: personas con aura
- Ilumina el mundo con tu aura especial
¿Qué (no) es un aura?
Muchos jóvenes tienden a buscar ídolos entre personalidades famosas, comparándose con ellos y frustrándose cuando sus esfuerzos no logran la atención que esperan. Por su fuerte deseo de ser otra persona, están más enfocados en los demás que en ellos mismos. Esto puede llevarlos incluso a olvidar quiénes son realmente y cuál es su lugar en el mundo.
Un aura autentica está relacionada con la autenticidad y no con las apariencias. Una persona con un carisma especial puede ser sin duda alguien “cool”, pero para tener una verdadera aura, hace falta mucho más que un comportamiento llamativo o ser visualmente atractivo. Es decir, verse “cool” no basta para tener un atractivo especial.
Quien ama, es hermoso
Sin amor, incluso la persona más atractiva, famosa y rica sólo irradia, en última instancia, una cierta sensación de vacío y soledad. Es como una hermosa cáscara sin contenido, como la sal sin sabor, como el perfume sin aroma. Puede que tenga un cierto carisma que atraiga a muchas personas, pero su atractivo carece de un valor eterno.
Sin embargo, existe un aura, un atractivo que va más allá de lo natural, una presencia que puede perdurar incluso después de la muerte. El aura es independiente de las normas externas; es el fruto del amor. ¡El amor es el propósito de todo ser humano!
Por diferentes que sean las personas - jóvenes y ancianos, ricos y pobres, sanos y enfermos -, hay algo en lo que todos coinciden: todos quieren amar y ser amados. Y cada vez que llevan este amor dentro, son bellos y atractivos. Pero, sobre todo, se parecen a Dios. Irradian algo de la belleza de Dios. Es un placer estar cerca de ellos. Tienen un aura especial, una presencia irresistible. Porque son tal como Dios los pensó.
Encontrar el camino hacia uno mismo
Antes de preguntarte cómo ser atractivo para los demás, deberías hacerte otra pregunta: ¿Cómo me pensó Dios? ¿Qué ha puesto en mí y qué desea de mí? Tu aura está directamente relacionada con el descubrimiento de tu verdadero ser. Se trata de convertirte en la persona que eres en los ojos de tu Creador.
Hace falta coraje para enfrentarse con uno mismo. Porque en este proceso no sólo se encuentran fortalezas, sino también debilidades y defectos. Lo importante es: no te juzgues por lo que te falta o por lo que has hecho mal. Trátate como tratarías a tu mejor amigo. Con el tiempo, te volverás mucho más sensible a lo bello que hay en ti. Y dejarás de esforzarte por vivir la vida de los demás. Al contrario, disfrutarás de estar contigo mismo y aprenderás a ver tu belleza única.
En una carta dirigida a los jóvenes, el Papa Francisco dijo: “Atrévete a ser más, porque tu ser importa más que cualquier cosa. No te sirve tener o aparecer. Puedes llegar a ser lo que Dios, tu Creador, sabe que eres, si reconoces que estás llamado a mucho. Invoca al Espíritu Santo y camina con confianza hacia la gran meta: la santidad. Así no serás una fotocopia. Serás plenamente tú mismo.”
Santos: personas con aura
Aura y santidad, dos conceptos inseparables.
Ya sea Juan Pablo II, la Madre Teresa o el Padre Pío, cada uno de ellos irradiaba un aura específica que conmovía profundamente a las personas de todo el mundo. Su aura no era el resultado de un esfuerzo deliberado, sino el fruto de su entrega, de su fe y de su amor.
Los santos encontraron su lugar diciendo “sí” de manera total a su vocación, a su misión dada por Dios. Eso es precisamente lo que los hace tan atractivos… ¡y hermosos! A pesar de las arrugas, de las limitaciones e incluso de sus defectos de carácter.
El secreto de su presencia es este: los santos no eran hermosos, buenos o santos por sí mismos. Reflejaban la belleza y el amor de Dios. No eran en el centro, sino que dirigían la mirada hacia Dios, el Eterno. Su atractivo perduró, incluso cuando sus fuerzas físicas disminuyeron, y continúan inspirándonos mucho después de su muerte.
Ilumina el mundo con tu aura especial
Dios te ha creado una sola vez y tiene un plan especial para ti. Mírate cada día en este espejo, que es Dios. ¡Eres hermoso porque eres imagen de Dios!
Nadie más podrá ser tan bello como tú puedes serlo. Siempre que ames. Tu amor te hace único en este mundo
Recuerda las palabras del beato Carlo Acutis, a quien el papa Francisco citó en su exhortación apostólica Christus Vivit: “’Todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias’. No permitas que eso te ocurra.”
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