Credopedia
El significado del dogma
Mario pregunta: ¿Qué es un dogma? ¿Por qué necesitamos los dogmas en la Iglesia?
Los dogmas de la Iglesia católica son como barandillas que evitan que uno se desvíe del camino y se ponga en peligro. Ayudan a mantener el rumbo correcto, especialmente en tiempos de incertidumbre o confusión, y aumentan la seguridad en situaciones desafiantes.
- ¿Qué es un dogma?
- La Iglesia como administradora de la “Palabra de Dios”
- Importancia histórica de los concilios
- ¿Cómo se crea un dogma?
- La Iglesia gana perfíl, siempre que se mantenga fiel a sí misma.
¿Qué es un dogma?
Para entender qué es un dogma, ayuda saber primero lo que no es. Los dogmas no son reglas definidas a las que uno debe adherirse. Más bien, los dogmas son afirmaciones sobre algo que ya es realidad. Los dogmas son verdades de fe, que son vinculantes, infalibles e indiscutibles, cuando son confirmadas y solemnemente proclamadas por la autoridad eclesiástica, el Papa.
Para la interpretación de los contenidos de la fe cristiana, la Iglesia Católica tiene una disciplina teológica propia. La llamamos teología dogmática o simplemente dogmática. Para Santo Tomás de Aquino, la teología es una verdadera ciencia porque se basa en las verdades fundamentales inmutables de la revelación divina y las resume en un sistema coherente.
La Iglesia como administradora de la “Palabra de Dios”
Cristo es el cumplimiento de la ley del Antiguo Testamento y maestro absoluto como Él mismo dijo: “Sólo tienen un Doctor, que es el Mesías.” (Mt 23,10). La tarea de los apóstoles es transmitir el tesoro de la fe que Cristo les confió, de manera fiel y sin adulteraciones. Pero no se trata solo de la transmisión de la fe, sino también de preservar la fe en su forma no diluida. No se puede añadir nada nuevo a la revelación de Cristo.
Pero el mundo ha evolucionado en estos 2000 años, algunos podrían decir. Si Jesús viviera hoy, habría dicho esto o aquello de manera diferente... La respuesta de la Iglesia es: No. Jesucristo es la ‘Palabra de Dios’ para la humanidad. Y esta palabra tiene valor eterno. La palabra de Dios es inmutable. Sin embargo, esta palabra de Dios pronunciada una vez debe ser ‘traducida’ a cada época y lugar, para que las personas la comprendan de manera clara e inequívoca.
Los dogmas sirven para aclarar lo que antes causaba controversia. Y esa es precisamente la tarea del Magisterio de la Iglesia: con la ayuda del Espíritu Santo, penetrar más profundamente en la verdad, para hacerla comprensible y accesible a los fieles, y también para prevenir o eliminar posibles malentendidos.
Importancia histórica de los concilios
Ya en el cristianismo primitivo había reuniones donde se formulaba de manera vinculante la doctrina cristiana. Hoy en día, la Iglesia habla de concilios. Un tal concilio de los apóstoles y ancianos tuvo lugar, por ejemplo, alrededor del año 48/49 después de Cristo, para discutir la cuestión de la circuncisión y la observancia de la ley judía por parte de los cristianos no judíos. (Cf. Hechos 15, 1-29). Esta asamblea ha pasado a la historia de la Iglesia como el 'Concilio de los Apóstoles' o el llamado ‘Concilio de Jerusalén’.
Los concilios tenían el objetivo de aclarar cuestiones fundamentales de la fe y combatir las herejías. Condujeron a la formulación de importantes credos y definiciones dogmáticas, que son de fundamental importancia para el desarrollo de la teología cristiana. Así, en 325, se convocó un concilio en Nicea para resolver la controversia arriana y definir la Divinidad de Cristo como dogma. El resultado fue el ‘Credo Niceno’ que recitamos hasta hoy.
El Concilio de Éfeso en 431 confirmó, a su vez, la designación de María como ‘Theotokos’, la Madre de Dios.
Los primeros siete concilios son considerados ecuménicos porque son reconocidos por toda la Iglesia cristiana. La Iglesia Católica reconoce un total de 21 concilios ecuménicos, cuyas decisiones son vinculantes para los fieles. Cuando una verdad así es públicamente disputada o distorsionada, la Iglesia está llamada a hacerla resplandecer nuevamente.
¿Cómo se crea un dogma?
La proclamación de un dogma es precedida por un proceso sistemático de reconocimiento, investigación y comprensión religiosa. Los dogmas son principios de fe que se basan en siglos de reflexión teológica de la Sagrada Escritura y la tradición. En muchos casos, las enseñanzas a discutir se examinan en conferencias de obispos o sínodos. Estas asambleas de obispos y autoridades eclesiásticas sirven para recopilar las opiniones y conocimientos de las diferentes partes de la Iglesia.
Se convoca un Concilio Ecuménico para discutir intensamente las enseñanzas propuestas. En estas asambleas están representados obispos de todo el mundo. Se lleva a cabo una votación entre los obispos y teólogos presentes para llegar a un acuerdo. El Papa o un concilio ecuménico proclaman oficialmente la enseñanza como dogma. Esta proclamación a menudo se realiza mediante una declaración solemne llamada "ex cathedra" (desde la cátedra del Papa). Un dogma es declarado como una verdad de fe infalible y vinculante para todos los miembros de la Iglesia.
La Iglesia gana perfíl, siempre que se mantenga fiel a sí misma.
El Catecismo de la Iglesia Católica entiende los dogmas como luces que iluminan el camino de nuestra fe y lo hacen seguro. (Cf. CEC 89). Contribuyen a la unidad de la comunidad de fe y crean una base estable para la vida espiritual y la práctica religiosa de los fieles.
Una Iglesia que esconde sus verdades de fe, en lugar de mantenerlas en una conversación animada pierde su perfíl. Lo que sucede cuando ya no se puede captar la fe, Georges Bernanos ya describió en 1936 en su diario de un cura de campo: “No he perdido la fe. Por cierto, la expresión "perder la fe", como perder la cartera o un montón de llaves, siempre me ha parecido un poco tonta... Uno no pierde la fe, pero deja de dar forma a la vida. Eso es todo.”
¿Y qué piensas tú sobre los dogmas? ¿Por qué piensas que sea correcto que la Iglesia defina ciertos principios de fe como infalibles e inmutables?
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