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El Sacramento de la Confirmación
Con el Sacramento de la Confirmación, estás bien preparado para la vida. En la Confirmación se te promete el Espíritu de Dios, es decir: Dios quiere estar contigo, incluso cuando las cosas se ponen difíciles. Sin embargo, la Confirmación no es nada automático. Recibir la Confirmación significa tomar una decisión personal. En tu Bautismo, es muy probable que tus padres hayan decidido por ti. ¡Pero en la Confirmación te toca a ti!
- ¿Qué ocurre en la Confirmación?
- ¿Quién puede confirmarse o ser confirmado?
- Los santos - Nuestros compañeros de vida
¿Qué ocurre en la Confirmación?
La Confirmación es el Sacramento de la efusión del Espíritu Santo. ¡El Espíritu Santo quiere que te vuelvas santo! Es su fuerza la que recibe el confirmando.
La palabra "Confirmación" proviene del latín "firmare", y significa "fortalecer", pero también "confirmar". En los Hechos de los Apóstoles leemos que el Espíritu Santo se manifestó en Pentecostés con señales de lenguas de fuego, viento y el don de lenguas:
- Las lenguas de fuego significan: expandir y defender la fe con ardor, profesar el nombre de Cristo y nunca avergonzarse de la cruz.
- El viento: Sopla en una dirección determinada sin que se sepa de dónde viene ni a dónde va. Así también el Espíritu Santo guía y empuja al cristiano hacia donde Dios quiere que esté.
- El don de lenguas: Por el Espíritu Santo, todas las personas pueden hablar un mismo idioma: el idioma del amor. A través del amor, pueden entenderse mutuamente sin importar la nacionalidad, el color de piel o las fronteras políticas. El Espíritu Santo lo hace posible. Donde está él, hay hogar y conexión.
¿Quién puede confirmarse o ser confirmado?
El sacramento de la Confirmación lo administra normalmente el obispo, como sucesor de los Apóstoles. En caso de necesidad, el obispo puede conceder a presbíteros la facultad de administrar el sacramento de la Confirmación.
¿Y quién puede ser confirmado? Todo cristiano católico que ha recibido el sacramento del Bautismo y esté en estado de gracia (mediante el sacramento de la confesión), puede ser admitido a la Confirmación.
Generalmente, el rito de la Confirmación se realiza en el marco de la Misa. Después de la homilía, sigue la “renovación de las promesas del Bautismo y la profesión de fe de los confirmandos”. (Catecismo de la Iglesia Católica, 2da. ed., 1298) A diferencia del Bautismo, que la mayoría de ellos recibió siendo niños, ahora los confirmandos pueden pronunciar su propio "sí" consciente a Dios.
Después de renovar las promesas bautismales, el obispo (o su delegado) extiende las manos sobre los confirmandos y reza por la venida del Espíritu Santo y sus dones. Luego, pone su mano derecha sobre la frente de cada confirmando y dibuja con óleo sagrado, llamado Crisma, una cruz. Así, al recién confirmado se le imprime como un sello que nada ni nadie puede borrar.
Y estas son las palabras del obispo durante la unción: "(Nombre...), recibe por esta señal el don del Espíritu Santo." Durante la Confirmación, el padrino está detrás del confirmando y le pone la mano derecha en el hombro derecho como señal de acompañamiento en su camino de fe y siendo un ejemplo para él.
Los santos - Nuestros compañeros de vida
En algunos países, hay una bella tradición de que el confirmado elija como patrón un santo, que estará a su lado como amigo y protector en la vida. Pero, ¿quiénes son los santos?
La Iglesia canoniza a algunas personas después de su muerte, para recomendarlas a los fieles como modelos a seguir. Los santos eran personas completamente normales. Tenían sus anhelos y sueños, igual que nosotros. Y, sin embargo, destacan entre la multitud porque colocaron el amor a Dios y a los demás por encima de todo y orientaron toda su vida hacia eso. Y lo hermoso es que la misión que los santos comenzaron en la Tierra continúa en el Cielo. Los santos no están inactivos en el cielo. Ellos oran por nosotros, son poderosos intercesores ante Dios y nos ayudan a manejar bien nuestra vida si les pedimos su ayuda. De Santa Teresa de Lisieux se recuerda la frase: "Voy a pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra."
Independientemente de si ya estás confirmado o no, elige tú también un santo cuya vida te pueda inspirar. Hay muchos santos sacerdotes y religiosos, mártires, madres y padres de familia, e incluso niños y jóvenes santos. El testimonio de un santo puede ayudarte a conocerte mejor, descubrir tus talentos y usarlos para difundir el Reino de Dios. Un santo puede ayudarte a crecer más allá de ti mismo y amar como Dios ama, porque esa es verdaderamente tu vocación en la tierra.
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