El Sacramento del Bautismo

¿Qué es el pecado original?

¿Conoces también esto? Hoy te propones hacer todo el bien posible. Pero nada más empezar el día, se produce otro "choque". Nadie lo quiere, y a pesar de ello, ocurre. Es muy difícil ser bueno. Y eso es realmente extraño, ya que Dios nos ha creado de tal modo que somos más felices cuando hacemos el bien. ¿Por qué entonces nos resulta tan difícil hacer lo que nos hace felices? ¿Se equivocó Dios cuándo nos creó? No, no es por eso. Pero entonces, ¿cuál es el problema? El apóstol Pablo formuló acertadamente esta paradójica situación del hombre: "No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero". (Romanos 7, 19)

De hecho, el hombre ya no es como Dios quería que fuese. Desde la Caída, ya no tenemos la plenitud de la gracia de Dios. Estamos heridos. Hay, por decirlo de algún modo, una falta de bondad en nosotros. A este estado de la condición humana, la Iglesia católica le llama pecado original.

Bautismo - Una nueva vida en Cristo

Es difícil ser bueno. Necesitamos la ayuda activa de Dios, su intervención divina. Y esto ocurre más concretamente en el bautismo. El bautismo es el sacramento fundamental y el requisito previo para todos los demás sacramentos. Nos libera del pecado original. Mediante el bautismo se restablece nuestra relación con Dios. "Bautismo" viene de la palabra "sumergir". Esta imagen tiene un significado profundo: en el bautismo, la suciedad del pecado es "lavada", por el agua bendita del Espíritu Santo. El bautismo es nueva vida en Cristo. Esto también está simbolizado con la unción, la túnica bautismal blanca y el cirio bautismal.

¿Quién puede bautizar?

Normalmente, el obispo, un sacerdote o un diácono administran el sacramento del bautismo. En caso de emergencia, cualquier cristiano, e incluso cualquier persona, puede bautizar derramando agua sobre la cabeza del bautizado y diciendo la fórmula bautismal: "(Nombre del bautizado), yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo." (cf. Youcat 198) En el bautismo, la persona es confirmada en su individualidad. Ser bautizado con un nombre significa: Dios me conoce. Me dice SÍ y me acepta para siempre con mi particular singularidad. El bautismo es tan importante que incluso un no cristiano puede administrarlo. Sólo tiene que tener la intención de hacer lo que hace la Iglesia cuando se bautiza. Además de la intención del donante, la validez de los sacramentos también está ligada a la materia (agua verdadera y pura) y a la forma (nombre + Yo te bautizo en el nombre del Padre...).

¿Quién puede ser bautizado?

Toda persona que aún no haya sido bautizada puede hacerlo. El único requisito es la fe. En el bautismo de bebés, los padres y los padrinos hacen la profesión de fe en nombre del niño.

Bautismo de niños: ¿sí o no?

¿Por qué la Iglesia católica mantiene desde tiempos lejanos el bautismo de niños? Es que antes de que nosotros elijamos a Dios, Él ya nos eligió. El bautismo es también una gracia, un don inmerecido de Dios, que nos acepta incondicionalmente. (cf. Youcat 197) Los niños pertenecen al pueblo de Dios desde el comienzo de sus vidas, al igual que también tienen la ciudadanía desde el principio. A través del bautismo al comienzo de sus vidas, son liberados del pecado original y son dotados de la gracia de Dios. Al igual que los padres toman otras decisiones importantes para sus hijos, con el bautismo deciden que su hijo entre en la vida con Dios. Más tarde, en el sacramento de la Confirmación, los propios jóvenes reafirman su SÍ en la fe, a Jesucristo.