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El compromiso matrimonial
¿Amas a tu pareja y te gustaría comprometerte? Y sin embargo, ¿no estás seguro(a) lo qué es realmente un noviazgo? La decisión de comprometerse es una decisión de amor. Además, el compromiso tiene un profundo significado y es recomendado por la Iglesia.
- El amor es más que un sentimiento
- ¿Qué es el compromiso?
- El compromiso no es lo mismo que la boda
- ¿Cuándo (no) tiene sentido comprometerse?
El amor es más que un sentimiento
Estar enamorado es probablemente el sentimiento más hermoso del mundo. Pero, ¿son suficientes los propios sentimientos y las mariposas en el estómago para formalizar el amor ante el altar? “Me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.” Suena serio, ¡y lo es! Por lo tanto, hay que prepararse antes de tomar la decisión definitiva. El noviazgo es un tiempo para practicar la voluntad firme de preservar algo juntos, algo que no puede ser comprado, traicionado o abandonado, por tentadora que sea la oferta. ¡Y aún así, no es fácil! La abstinencia sexual antes del matrimonio, por ejemplo, puede ser una verdadera prueba para el amor.
¿Qué es el compromiso?
Comprometerse es una antigua tradición que hoy en día vuelve a ganar popularidad. Una hermosa ceremonia, intercambio de anillos, buena comida y una celebración con familiares y amigos: todo eso puede formar parte de un noviazgo. De hecho, las tradiciones llevan consigo un simbolismo profundo. Nada se hace sin razón. Por ejemplo, el anillo de compromiso simboliza el amor y la promesa de fidelidad que se hacen mutuamente los comprometidos. Con el compromiso, la promesa de matrimonio se vuelve oficial. Para los enamorados, comienza un tiempo de mayor unión y preparación para el matrimonio. Es el momento de reconocer sus propias fortalezas y posibilidades, pero también las debilidades y hábitos que podrían obstaculizar su desarrollo.
El compromiso no es lo mismo que la boda
Desde el punto de vista litúrgico, el compromiso es un acto preparatorio para el matrimonio y «De benedictionibus» (n. 195-214) lo clasifica entre las bendiciones familiares. Con el compromiso, los novios se ponen bajo la bendición de Dios. Sin embargo, el compromiso no es un sacramento como el matrimonio. Se puede romper un compromiso, pero no un matrimonio sacramental, ya que el «sí» final aún no se ha pronunciado. A través de la celebración cristiana del compromiso, los novios se preparan para recibir el sacramento del matrimonio. Incluso el Papa Francisco recomienda el noviazgo, diciendo: “La alianza de amor entre el hombre y la mujer, alianza por la vida, no se improvisa, no se hace de un día para el otro ... El noviazgo, en otros términos, es el tiempo en el cual los dos están llamados a realizar un buen trabajo sobre el amor, un trabajo partícipe y compartido, que va a la profundidad.” (Papa Francisco, Audiencia general del 27 de mayo de 2015)
¿Cuándo (no) tiene sentido comprometerse?
Hay mil razones para aferrarse a un noviazgo: promesas, lástima, posesión, invitaciones de boda enviadas, comodidad, acuerdos familiares, estatus público, miedo. Ninguna de estas razones es relevante. En cambio, pregúntate a ti mismo: ¿Me siento aceptado(a) tal como soy? ¿Acepto al otro por lo que es? ¿La relación me hace libre? ¿Me siento seguro(a)? ¿Siento que la otra persona es un regalo de Dios para mí? ¿Puedo mostrarme vulnerable y débil ante el otro? ¿Puedo confiarle realmente todo al otro? ¿Podemos reírnos juntos? ¿Podemos protegernos mutuamente? Escucha a tu corazón. Habla con un consejero espiritual. Dios realmente quiere que seas feliz. El respeta tu libertad y él te ayuda a reconocer si estás en el camino correcto.
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